El pasado 26 de junio se inauguró la gran obra de la ampliación del canal de Panamá, considerada la obra civil más importante de este siglo en todo el mundo. Esta ampliación, consistente en la construcción de un segundo Canal, facilitará el paso de hasta 19 barcos diarios entre el Atlántico y el Pacífico, y permite el tránsito de supercargueros, por lo que se espera que el comercio internacional de mercancías experimente un auge en los próximos años, especialmente entre países occidentales y orientales.
Esta obra ha tenido 9 años de duración y ha costado 5.250 millones de dólares. Su adaptación a buques de gran tamaño permite que sea apto para dejar pasar al 98% de los barcos del mundo por sus 80 kilómetros de recorrido. Así, por ejemplo, el canal tiene capacidad para que transiten por él los cargueros Neopanamax, que pueden transportar hasta 14.000 contenedores, el triple que los cargueros que hasta la pasada semana podían navegar por el Canal original.
En esta construcción han participado numerosas empresas y, entre ellas, Prosertek.
La participación de Prosertek en el canal de Panamá
Para el nuevo canal de Panamá, Prosertek ha diseñado y fabricado 68 cabrestantes: 32 para la parte atlántica y los 36 restantes, para la pacífica. Estas máquinas se encargarán de facilitar el amarre de los buques a ambos lados del Canal, cuando este tiene que detenerse entre esclusa y esclusa durante la travesía.
Los cabrestantes se han fabricado en nuestras instalaciones del País Vasco, aunque algunos componentes, como los motores y los reductores, están suministrados por otras empresas europeas. El pedido se adjudicó en 2011 y se entregó en junio de 2013.
La función principal de los cabrestantes fabricados por Prosertek es facilitar las maniobras que los buques realizan tanto en el interior de las esclusas del canal, como en los muelles de aproximación, que se encuentran a ambos lados del Canal.
Cuando los barcos transitan por el Canal, es frecuente que tengan que hacer una parada; en ese momento, se les amarra a los bolardos instalados a lo largo del Canal, con unas estachas de grandes dimensiones. Desde el barco se lanzan las estachas y para acercarlas a los bolardos es necesario tirar de ellas hasta abocarlas; es en este momento cuando entra en acción el cabrestante, para facilitar esta tarea. Lo que se hace es atar un extremo de un cabo a la punta de la estacha y el otro se enrolla a la parte superior del cabrestante —llamado cabirón— de manera que cuando se acciona el motor eléctrico, este actúa sobre un reductor para aumentar el par de tiro y tirar de la estacha.
Además, este contrato incluía la formación teórica y práctica de uso de los cabrestantes para el personal técnico que opera en el Canal —alrededor de 30 personas—. Esta formación ha tenido lugar el pasado mes de mayo, en dos jornadas impartidas en las propias instalaciones del Canal. Así mismo, aprovechamos la visita para inspeccionar el estado y buen funcionamiento de los cabrestantes.
Sin duda alguna, supone un orgullo para nosotros que nuestros productos formen parte de la que, por el momento, es la mayor obra de nuestro siglo, lo que demuestra la fuerte implantación de Prosertek en el mercado internacional, especialmente en Centroamérica y Sudamérica, donde recientemente hemos abierto una nueva sede, concretamente en Bogotá —Prosertek LAC—.
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