Conectar los principales puertos europeos a través de una red de rutas marítimas rápidas y sostenibles, las llamadas autopistas del mar. Ese es uno de los retos que forman parte de la hoja de ruta de la Unión Europea (UE) para crear un sistema de transporte de mercancías competitivo, eficiente y sostenible.
Las autopistas del mar son, en realidad, corredores marítimos invisibles que unen de forma óptima (en relación a la vía terrestre) las principales plataformas logísticas europeas a través de sus puertos. Son “invisibles” porque no llevan asociada ninguna infraestructura, más allá de las existentes en los propios puertos, que a su vez están conectados con los grandes centros de distribución terrestres. Se trata de servicios de Short Sea Shipping, ya que quedan excluidas las grandes rutas transoceánicas.
El impulso de las autopistas del mar obedece al objetivo de la UE de desarrollar una alternativa más ecológica y competitiva al transporte por carretera. Su implementación es uno de los ejes prioritarios del programa Connecting Europe Facility (CEF) for Transport, el instrumento de la Comisión Europea (CE) para construir una Red Trans-Europea de Transporte, tanto de personas como de mercancías, eficaz y sostenible entre los Estados Miembros. Las autopistas del mar (Motorways of the Sea) son el pilar marítimo de esta red.
Aunque el proyecto de las autopistas del mar ha ido modificándose y evolucionando a lo largo de los años, se mantienen los cuatro grandes corredores identificados en 2004 por la CE:
- La Autopista del mar Báltico.
- La Autopista de Europa Occidental.
- La Autopista de Europa Sudoccidental.
- La Autopista de Europa Suroriental.
Menos contaminación, más competitividad
El uso de la vía marítima supondría una disminución de los costes del transporte estimada de entre un 15% y un 20%, lo que repercutiría en los precios y en la competitividad.
Por otra parte, la implantación de corredores marítimos traería consigo una reducción de las emisiones contaminantes, ya que las Autopistas del Mar están asociadas al uso de combustibles alternativos como el gas natural licuado, más respetuosos con el medio ambiente. Además, su uso descongestionaría la red de carretas europea, muy saturada por los camiones de mercancías, principalmente en pasos fronterizos como los de Irún y La Junquera, en el caso de España.
Por ejemplo, un buque portacontenedores con capacidad para cargar 18.000 TEU (unidad que representa la capacidad de un contenedor normalizado de 20 pies), sería el equivalente en términos de carga a 9.000 camiones o 200 trenes. Además, su uso previene accidentes derivados del exceso de horas al volante y evita el deterioro de las infraestructuras terrestres provocado por el continuo paso de vehículos pesados.
Beneficios para los puertos españoles
Los puertos españoles, por su situación geográfica, tendrán un papel fundamental en el desarrollo y consolidación de las autopistas del mar. Hasta el momento, se han puesto en funcionamiento cuatro corredores en España. El primero fue el que unía los puertos de Bilbao y el de Zeebrugge (Brujas, Bélgica), que se inició en 2007 y se canceló en 2014.
El segundo, entre el puerto de Gijón y el de Saint Nazaire (Nantes, Francia) estuvo operativo desde 2010 hasta su cancelación en 2014. El proyecto, sin embargo, podría reanudarse próximamente con otra naviera si la INEA (Innovation and Networks Executive Agency) concede la ayuda necesaria para llevarlo a cabo.
En la actualidad sólo quedan en funcionamiento las autopistas del mar entre Bilbao/Santander y Portsmouth (Reino Unido), que comenzó a funcionar en 2010, y el corredor que une los puertos de Vigo y Saint Nazaire, activo desde 2015.
Para acceder a la financiación de la Comisión Europea destinado a las autopistas del mar, un proyecto debe demostrar alta calidad en aspectos clave como la seguridad, el tiempo de tránsito y la frecuencia (con tres salidas semanales como mínimo). Además, es necesaria una capacidad de transporte en tonelaje y una buena conexión con la Red Trans-europea de Transporte.
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