El sector marítimo se encuentra en una encrucijada importante para su futuro. Existe una determinación de alcanzar la descarbonización para 2050, pero los datos de partida no parecen los más propicios para llegar con éxito al objetivo de reducción del 50%.
Esto se desprende del último estudio de la OMI, el primero desde la adopción en 2018 de la estrategia de descarbonización, que establecía el compromiso de los estados miembros a reducir las emisiones de gases invernaderos de sus barcos de transporte internacional.
El estudio cuantifica en 1.076 millones de toneladas de CO2 las emisiones del transporte marítimo en 2018, una cifra que supone alrededor del 2,89% del total de las emisiones de CO2 derivadas de la acción humana. Además, representa un aumento respecto de las 977 millones de toneladas registradas en 2012.
De estas cifras, 740 millones de toneladas de CO2 pertenecen al transporte marítimo internacional, lo que también representa un aumento sobre los 701 millones de toneladas de 2012.
Proyección de emisiones
Las estimaciones de incremento de emisiones sobre datos de 2008 son de cerca de 90% para 2018 y de entre el 90% y el 130% para 2050 para una serie de escenarios económicos y energéticos plausibles a largo plazo. Concretamente, las emisiones podrían desviarse de estas previsiones conforme las tasas de crecimiento varíen a la alza o a la baja.
La OMI espera que las emisiones en 2020 y 2021 sean significativamente menores debido a la pandemia. Según avance la recuperación, las emisiones en la próxima década pueden llegar a ser algo más bajas de las proyectadas, pero en conjunto no se prevé que el impacto de la COVID-19 tenga gran peso frente a otros factores de incertidumbre.
Electrificación en Barcelona
Mientras navieras hacen lo propio con sus flotas, los puertos están adaptándose a esta descarbonización. Una experiencia la tenemos en el Puerto de Barcelona, que se encuentra en proceso de electrificación de sus muelles. Serán 90 millones de euros de inversión destinados a reducir a la mitad sus emisiones de CO2 para 2030.
La clave del proyecto es la construcción de la nueva subestación ronda litoral de 220 kV que contará con una conexión para la terminal que permitirá suministrar a los barcos atracados una energía limpia de origen 100% renovable. Algo que se traduce en dejar de emitir 100.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero, y reducir otras emisiones de óxido de azufre y de nitrógeno.
Descarbonización de puertos de cruceros
El Puerto de Malta es otro de los que están viendo las ventajas de la electrificación, en su caso para darle un enfoque sostenible al turismo de la isla. El fabricante de maquinaria eléctrica Nidec ASI se adjudicó recientemente un contrato de 12 millones de euros para la electrificación de los muelles malteses.
En este caso, lo que se busca es que los cruceros amarrados tomen energía de la red eléctrica, apagando así los motores diesel de a bordo. Con ello, se reducirán las emisiones en más de 40 toneladas por año. Además de la reducción en emisiones de SOx, NOx, CO2 y partículas, también se atenuará la contaminación acústica.
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