Las grúas son un elemento vital para la carga y descarga de la mercancía en los puertos. Se trata de maquinaria precisa, pero sometida a riesgos de colisiones con los buques o fallos derivados de un mantenimiento deficiente. No obstante, los incidentes de puerto en los que una grúa se precipita sobre el muelle, el barco o el agua son, en muchos casos, evitables.
Colapso de grúas: un accidente común en los puertos
Por aparatosos que suenen, los accidentes de grúas portuarias son más comunes de lo deseable y cada poco tiempo tenemos impactantes estampas de un desastre de este tipo.
Sonado fue en octubre del año pasado el accidente en el muelle flotante más grande de Rusia. La estructura se hundió a causa de un cortocircuito, provocando que dos grúas se desestabilizaran, una de ellas cayendo sobre el enorme portaviones y perforando su casco. Cuatro trabajadores fueron heridos y el barco quedó inutilizado.
También el pasado año una gran grúa colapsó en Barcelona. En este caso fue un ferry el que chocó contra la grúa, al perder el control debido a fuertes vientos. El impacto de la grúa sobre un depósito de combustible ocasionó un fuego en el puerto y forzó a evacuar la instalación.
El patrón se repitió el pasado abril en Turquía, donde dos enormes grúas hidráulicas colapsaron y cayeron al mar. No fueron bien testadas y resultaron incapaces de acarrear el peso que intentaban levantar. El incidente causó grandes daños materiales y 2 heridos.
Consecuencias de un accidente de grúa
Vemos que el colapso de una grúa en puerto es un incidente que desencadena un dominó de pérdidas:
- Costes por reparaciones: Un incidente de grúa derribada supone hacer frente a la reparación o reemplazo tanto de la propia grúa como del equipamiento portuario sobre el que caiga, incluidos los barcos amarrados.
- Pérdida de operatividad: Un accidente de este tipo inutilizará el espacio de atraque durante el tiempo que duren las reparaciones suponiendo un coste significativo para el puerto.
- Coste humano: Por último, supone un riesgo de primer nivel para los profesionales que trabajan en el puerto, desde los mismos operadores de grúa hasta la tripulación de los barcos.
Formación y equipamiento para la prevención
Los momentos de mayor riesgo son el maniobraje del barco en puerto y el proceso de amarre. Por ello, es fundamental la coordinación de autoridad portuaria, pilotos, remolcadores y personal de amarre. La falta de comunicación y la preparación insuficiente son las causas principales del error humano que puede terminar en accidente.
Otro factor importante es vigilar el posicionamiento de las grúas, excluyendo las posiciones más sensibles al impacto con los barcos. Finalmente, hay que evitar a toda costa las maniobras con tiempo desfavorable.
Por todo ello, es fundamental tener protocolos seguros de trabajo en puerto. A esto ayuda dramáticamente contar con sistemas de ayuda al atraque tales como el BAS de Prosertek. Estos equipos asisten con datos e indicaciones tanto al personal de puerto como a la tripulación para coordinar sus acciones y lograr maniobras seguras, evitando posibles impactos como los que pueden derribar las grúas de puerto.
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