El sector marítimo continúa volcado en sus esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Para llegar al hito marcado de reducir las emisiones en hasta un 40% para 2030, la OMI ha diseñado el CII o Indicador de Intensidad de Carbono, un sistema de clasificación que aborda la eficiencia operativa de los buques.
Desde enero de 2023, los requisitos del CII entran en vigor para todos los buques de carga, de crucero y RoPax de más de 5.000 GT que participen en el transporte marítimo internacional.
Esto significa que deben iniciar la recopilación de datos para la notificación de su CII operativo anual. Los primeros informes anuales se completarán en 2023 y las calificaciones iniciales de CII se darán en 2024.
Qué es y cómo funciona el CII Rating
El CII determina la eficiencia con la que un buque transporta carga o pasajeros. Funciona con dos valores, el CII operativo anual real (que debe documentarse) y sobre este se calcula el CII operativo anual requerido, para así garantizar la mejora continua en cuestión de emisiones. El valor se concreta en gramos de CO2 emitidos por capacidad de carga y milla náutica.
La clasificación organiza los buques de la A a la E, de mejor a peor. De este modo, un buque que obtenga una nota D por tres años consecutivos o E por uno, tendrá que presentar un plan de acción para alcanzar un índice C o superior. Además de esta obligatoriedad, se anima a administraciones y autoridades portuarias a fomentar la excelencia energética ofreciendo incentivos a los buques mejor clasificados.
Aunque una clave importante para mejorar la puntuación de un buque es su funcionamiento con un combustible bajo en carbono, existen otras estrategias que mejorarían la calificación, como son la limpieza del casco para minimizar la resistencia, la optimización de las rutas o el uso de bombillas de bajo consumo o el uso de energía auxiliar solar/eólica para alimentar las necesidades eléctricas a bordo.
Críticas a la metodología
MSC, el mayor transportista marítimo del mundo, es uno de los actores críticos con esta nueva normativa y su metodología, ya que opina que puede conllevar penalizaciones injustificadas.
Y es que el ratio de eficiencia de la clasificación del CII dependerá de cuestiones que, según MSC, se escapan al control de los armadores, que pueden verse penalizados sin que sea culpa suya. Las valoraciones dependerán en gran medida del comercializador del buque y de las realidades operativas en los puertos, entre estas últimas la congestión portuaria o la infraestructura de los puertos.
Por ello, creen que la metodología de cálculo debería revisarse para evitar que se distorsione el valor de, por ejemplo, un buque que pasa mucho tiempo en el puerto o uno que opere en distancias cortas.
En este sentido, el transportista de contenedores propone un índice operativo que premie a los buques más productivos, incluso en cuestión de carga transportada, en vez de un valor teórico como el CII ahora mismo, que puede no estar vinculado al trabajo de transporte real llevado a cabo.
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