El covid-19 ha impactado los sectores económicos a nivel mundial y el transporte marítimo no es excepción. Aunque el sector ha mostrado resiliencia ante este imprevisto, existe preocupación por ver cómo se afrontan los desafíos que la pandemia deja tras de sí. La consultora AGCS (Allianz) ha elaborado un listado y estos son algunos de los retos más acuciantes.
1. Error humano por cansancio de tripulación
Una clave de la pandemia están siendo los problemas para relevar a las tripulaciones debido a las restricciones en puertos y fronteras. Esto significa que los mismos trabajadores pasan más tiempo del debido en el barco, poniendo en riesgo su salud y con ella, la seguridad del buque. La fatiga acumulada es el principal motivo del error humano, que a su vez es una de las causas más comunes de accidentes en los barcos.
Se trata de un problema difícil de atajar, pero que se puede aliviar con la contratación de tripulaciones locales mediante la cooperación entre las diferentes empresas de gestión de tripulaciones.
2. Reclamaciones y pérdidas por seguros
Se calcula que el mayor impacto de las pérdidas por reclamaciones de seguros lo sufrirá el sector de los cruceros a través de la responsabilidad de los propietarios respecto de los pasajeros y la tripulación. Este sector prevé arrancar de nuevo a finales de 2020 y 2021, una buena noticia que sin embargo también supone enfrentarse a posibles acciones legales en caso de brotes a bordo o cancelaciones.
Otras reclamaciones se pueden dar en el ámbito de los buques de carga debido a las demoras en la entrega de mercancías, especialmente letales para cargas que puedan sufrir daños o verse depreciadas.
3. Amenazas para la seguridad
En esta situación de mayor precariedad operativa para el sector, uno de los grandes miedos es que se intente reducir costos a expensas de la seguridad. Esto podría ocasionar que el sector retroceda lo conseguido en años de avances en materia de seguridad.
En relación con esto, que los puertos trabajen a medio gas también puede hacer que las inspecciones portuarias sufran retrasos, así como el tiempo de respuesta ante una contingencia, agravando posibles incidentes como incendios, colisiones y varaduras.
4. Daños en la carga y retrasos
La irrupción del coronavirus ha alterado los ciclos de transporte a nivel mundial. Esto deriva en carga almacenada por más tiempo en ocasiones sin la seguridad adecuada, siendo susceptible de sufrir robos, pérdidas, incendios o climatología adversa. A su vez, las demoras pueden dañar los productos perecederos o sensibles a la temperatura.
Por ello, las empresas deben emplearse a fondo en una planificación eficaz del transporte de carga y estar preparados para imprevistos, también mediante uso de nuevas tecnologías de tracking como el IoT.
5. Problemas de mantenimiento y averías
Los armadores se enfrentan a riesgos de demoras por mantenimiento y reparación. La interrupción del suministro de piezas de repuesto y otros productos puede causar retrasos o derivar en el uso de materiales de peor calidad. Algo que en definitiva, aumenta el riesgo de averías por maquinaria, causantes de un tercio de los incidentes de navegación.
Tecnología para enfrentarse a estos desafíos
La tecnología será la gran aliada para combatir estos retos. Prosertek dispone de dispositivos, como el BAS, un sistema de ayuda al atraque de última generación, que ayudará a minimizar los percances en los atraques y desatraques en puerto, proporcionando información para mejorar la operativa.
Mediante tecnología láser, BAS monitoriza las velocidades y la distancia al muelle para garantizar la seguridad del atraque y prevenir impactos derivados de la inercia. Además, es posible monitorizar la tensión de las líneas de amarre, liberarlas automáticamente en caso de ser necesario, monitorizar las defensas y tener en cuenta las condiciones medioambientales, entre otras muchas variables.
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