El atraque de un barco, cuando se trata de buques de ciertas dimensiones o con una carga muy pesada, es una operación delicada, que debe realizarse de manera calculada y teniendo en cuenta muchos factores.
Un mismo barco no atracará siempre del mismo modo, puesto que, dependiendo de la forma del puerto o muelle, deberá acometer la maniobra de diferentes maneras.
Existen muchas formas de atracar un barco, pero las más frecuentes son el atraque de lado, por popa, en duque de alba y la aproximación a esclusa. Veamos en qué consiste cada una.
Atraque de lado
En este caso, el barco atraca casi de manera paralela al muelle, aunque lo hace con un pequeño ángulo. Habitualmente, contacta primero la proa con las defensas del muelle y rota hasta atracar. En función del tamaño del barco y del radio de la proa, el golpe inicial puede ser con una, dos o tres de las defensas –lo que habrá que tener en cuenta a la hora de diseñarlas–.
Uno de los problemas que puede surgir en este tipo de atraque es que la velocidad no sea perpendicular exactamente a la línea de atraque; cuando se da el caso, pueden producirse cizallamientos en las defensas debido a la fricción.
Atraque por popa
En el atraque por popa, el barco se desplaza hacia delante o hacia atrás, en dirección al muelle. Este tipo de atraque es común cuando existen rampas o pontones RoRo, pero también en el caso de barcos con carga muy pesada.
Las defensas en este caso deben estar preparadas para absorber toda la energía cinética del impacto, que puede realizarse a velocidades altas. Además, aunque el ángulo de atraque es muy pequeño, puede ocurrir que el primer contacto sea con una sola defensa, por lo que tienen que tener capacidad para resistir el golpe.
Atraque en duque de alba
El duque de alba es una estructura aislada, que se sustenta en pilotes, a la que pueden amarrarse los barcos. Dice la leyenda que esta estructura recibe su nombre del tercer Duque de Alba, puesto que ordenaba castigar a sus enemigos atándolos a postes clavados junto a los puertos de Flandes –destinados a amarrar embarcaciones pequeñas– de tal manera que cuando la marea subía, estos morían ahogados. No sabemos si la leyenda es cierta, pero su nombre ha quedado vinculado a estas construcciones… y a su oscura historia.
En esta forma de atraque, el barco se aproxima de forma paralela –o con un pequeño ángulo– a la estructura. Debido a las características del duque de alba, el número de defensas es reducido, por lo que deben estar preparadas para absorber el impacto.
Aproximación a esclusa
En el caso de la aproximación a una esclusa, puede ocurrir que el barco se acerque sin estar correctamente centrado, por lo que puede golpear una de las esquinas del muelle, que deben estar convenientemente protegidas por defensas apropiadas. Además, hay que tener en cuenta que el impacto puede producirse con diferentes partes del barco –y, por tanto, con radios diversos–.
Vemos que las casuísticas que pueden darse en cada tipo de atraque son muy diversas y deben considerarse a la hora de instalar las defensas en el muelle, ya que un incorrecto diseño de las defensas necesarias puede dar lugar a que estas se compriman en ángulo, se produzca un efecto palanca, se cizallen, etc.
Contar con un proveedor de equipamiento portuario que estudie todas las posibilidades para dar con las defensas necesarias para cada puerto se hace, por tanto, imprescindible.
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