Como parte de nuestra obra social, en Prosertek somos copatrocinadores de la regata de la liga ARC1 que se disputa en aguas de la Noble Villa de Portugalete. Además, desde este año también colaboramos de manera estrecha con el Club de Remo de Portugalete como patrocinador oficial de la institución y de su popular trainera, La Jarrillera.
Esta relación se establece en un marco de trabajo estable y trianual porque entendemos que los valores de ambas instituciones son comunes.
El Club de Remo de Portugalete celebró oficialmente el pasado mayo los cien años. Fue en 1917 cuando comenzaron las regatas en El Abra, donde la tripulación portugaluja, a bordo de la trainera Engracia, quedó en segundo lugar. Sin embargo, documentos guardados en el Archivo Histórico de Portugalete, dicen que ya en el año 1892 competía una trainera de la localidad en la regata entre cofradías.
Ha llovido mucho desde entonces, se han sucedido las embarcaciones, las tripulaciones (masculinas y femeninas), los patrones y las regatas. Y a lo largo de los años queda la ilusión, el esfuerzo y el amor por el deporte.
Por ello, desde Prosertek queremos agradecer a estos deportistas de élite el bello espectáculo que ofrecen emulando a los antiguos pescadores del País Vasco, mediante uno de los deportes de mayor exigencia física, en el que se combinan tanto explosión como fondo.
Un poco de historia
Y ahora nos toca volver un poco la vista atrás para saber de dónde vienen estas regatas y la pasión por las traineras.
La pesca ha sido fundamental en la industria, la economía y en la alimentación de los vascos desde tiempos inmemoriales. En el siglo XIX eran tres los tipos de botes de pesca costeros que se utilizaban en función de la especie a pescar, el batel o kalera, la trainerua y el batel grande. Las traineras debían ser rápidas, incluso a costa de la estabilidad, para permitir giros rápidos durante la pesca y regresar cuanto antes al puerto, antes de que llegara más pescado que pudiera provocar la bajada de precio.
De las traineras de pesca surgieron las estropadas o regatas. Y tal y como es habitual en los deportes rurales, surgieron a partir de desafíos; desafíos que se hallan registrados tanto en bertsos (versos improvisados en euskera) como en publicaciones de la época.
De la importancia de este tipo de embarcaciones, primero como herramienta de pesca y ahora como herramienta deportiva tradicional es que el símbolo de los tesoros marinos de la Unesco es la Nao San Juan, un ballenero vasco que cruzaba el Atlántico hasta Ternua (Terranova) en busca de ballenas hace casi 500 años.
Una embarcación, la trainera, que, gracias al esfuerzo de las nuevas generaciones y a la colaboración de empresas e instituciones, se mantiene bien viva.
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