La navegación es una actividad tradicional en la que el hombre ha superado múltiples barreras para hacer los trayectos en barco más eficientes y seguros. Sin embargo, existe un obstáculo que acompaña a la navegación desde siempre y que no da tregua. Hablamos de la meteorología, cuyo recrudecimiento en los últimos años provoca graves incidencias en los puertos: restricciones de tráfico, cierres de terminales, pérdidas de días operativos o daños en las naves e infraestructuras.
La climatología se cierne sobre los grandes puertos
Algunos de los mayores puertos internacionales están acusando últimamente los estragos del mal tiempo. Es el caso del de Houston, una de las terminales petroleras con mayor actividad del mundo, que recientemente vio su tráfico restringido por fuertes tormentas. El temporal se interpuso en las labores de limpieza de un derrame petroquímico, convirtiendo un incidente controlado en un quebradero de cabeza. Hubo que cerrar temporalmente una zona de descontaminación, bloqueando y limitando el tráfico saliente.
Por su parte el puerto de Shanghai, el más grande del mundo, tuvo que cerrar 25 días entre abril y agosto de 2018 debido a las inclemencias del tiempo. Estas cifras suponen una inoperatividad del 7% del año, con las pérdidas económicas que eso conlleva. ¿La razón? Un salto en la cantidad y en la gravedad de los tifones y ciclones en Asia. Números que dejan claro que estos sucesos naturales son una disrupción de primer orden y que sus efectos pueden ser devastadores para la viabilidad de un puerto.
Tampoco el Canal de Panamá se libra del reto de la meteorología adversa. La escasez de lluvias obligó a reducir de 50 a 45 pies el calado máximo permitido para los barcos que utilizan las esclusas Neopanamax más anchas. Esto obliga a que los grandes portacontenedores transporten menos carga, lo que implica pérdidas tanto para las operadoras logísticas como para el Canal, ya que los peajes se calculan en base a la mercancía transportada.
Dockmoor-ER, la mejor arma contra los temporales
Aunque la acción del hombre es poderosa, lo cierto es que debemos adecuarnos a estas inclemencias del tiempo ante la imposibilidad de aplacarlas. La mejor forma de hacerlo es mediante la información y esa es una de las grandes ventajas del sistema de ayuda al atraque (BAS) de Prosertek.
Este sistema cuenta con un módulo expresamente destinado a la monitorización de las condiciones meteorológicas. El módulo Dockmoor-ER tiene por objetivo medir y registrar las variables medioambientales. Capta la información mediante sensores meteorológicos, que pueden ser complementados con boyas autónomas en las bahías o canales y representa los datos en tiempo real en la pantalla, generando informes.
Es un módulo capaz de incorporar múltiples variables, comenzando por la velocidad y dirección del viento, de gran incidencia en las maniobras. Otras lecturas meteorológicas del módulo son la pluvial (precipitación de la lluvia), humedad y presión del aire, visibilidad y radiación solar. El módulo también aporta datos de clima marino, como la dirección y velocidad de la corriente, la altura y periodo de la ola, la marea o la temperatura del agua.
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