Mucho han cambiado los sistemas de amarre y fondeo desde las anclas y bolardos rudimentarios hasta los sistemas informatizados de hoy. Merece la pena hacer un somero repaso a esa evolución.
Amarre y fondeo desde la Antigüedad a la Edad Media
La figura del ancla ya se vislumbra en los primitivos petroglifos. Los iniciales cestos de piedra dieron paso a una única piedra, a la que los egipcios incorporaron las primeras uñas, para mejorar el afianzamiento al fondo. Aparecieron los armazones de madera, que mejoraban las propiedades mecánicas del ancla.
China incorporaría el bronce y el cobre para reforzar la estructura del ancla, aunque sus avances no llegarían a Occidente hasta la Grecia del VII a. C., cuando Anacharsis desarrolla la considerada primera ancla con cepo. Dos siglos después, el hierro se impondría.
En la Edad Media aparecen innovaciones en los sistemas de amarre como el chigre y los norays de piedra.
Del siglo XVII a la modernidad
Tras el descubrimiento de América, las técnicas de amarre se perfeccionan para adaptarse a estancias en puerto cada vez más breves, de buques de creciente tonelaje. Marca esta época el ancla de Almirantazgo, principal sistema de fondeo hasta el siglo XIX.
Las anclas sin cepo, más fáciles de maniobrar, se imponen a las de cepo. Este tipo de ancla desciende verticalmente y, al tocar fondo, se inclina en la dirección que trabaja.
Los siglos XIX y XX vieron sofisticarse los sistemas de atraque con la introducción del escobén, bolardo, cornamusa y noray doble, habituales en las instalaciones portuarias actuales.
A principios de los años 70, Strainstall desarrolla el primer sistema de monitorización de la tensión de amarre. Utilizaba clavijas de medición de carga, para conocer la tensión en la línea de amarre.
En 1990, la misma empresa instaló el sistema de llave en mano Berth Manager en una terminal de Hong Kong. Se conectaron en red 13 computadoras, sensores ambientales y meteorológicos para proporcionar datos sobre el comportamiento de los buques y las condiciones ambientales.
El futuro del atraque automático
Actualmente hay varios esfuerzos para impulsar sistemas de atraque automático y reducir el error humano atribuible al 80% de los accidentes de puerto.
El más prometedor es el sistema de amarre sin cuerda basado en el vacío. Funciona sobre la base de la fijación al casco del buque de una serie de ventosas. Esto reduce los impactos y elimina la manipulación manual de los cabos, al tiempo que reduce el desgaste del casco y de los sistemas de defensa del puerto.
BAS y PPU, la combinación más segura de Prosertek
Prosertek lleva tiempo embarcada en el empeño de reducir los accidentes en puerto sirviéndose de las últimas tecnologías. Nuestra gran apuesta es el sistema BAS de asistencia al atraque, un sistema multimodular y adaptable a cada terminal, que ofrece información vital para mejorar la operativa y garantizar la seguridad.
Este sistema se puede complementar con el Portable Pilot Unit (PPU), un equipo portátil de pilotaje que obtiene información exhaustiva de distancias a puntos estáticos y dinámicos y que agiliza las maniobras al predecir en tiempo real el posicionamiento futuro del buque.
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